Vos

Que me me hizo sonreir. Me pongo a cantar a vos! Escuchame dónde estuvier, te lo hago me oir para estar seguro que en el final todo se quedará bien. Llevamos en las manos la dificultad de seguir, la gente que nos hace mal, a veces caímos. Me pongo a cantar a mis amigos, de todas los rostros y suelos, del sur y norte, algunos lejos estan y otros tan cerca, iguales somos. Uno sueña y el otro hace. Queremos paz, queremos amor. Tenemos todo. El ultimo bandoneon ahora, la mejor melodia a los mejores. Vos.
Esta noche vamos a seguir, salir a nos encontrar. Vos, te lo agradezco.

Buscando Chicas

No hice ruido para no despertarlos, tonovia no los conocia y no tenia idea de como iba a ser la convivencia con ellos. Empecé a organizar mis cosas, fui a me duchar. La ducha era chica, un baño para cada piso, medio extraño, para mi solo queria me cambiar con remeras limpias y ya estaba bien. Cuando volvi todos ya estaban despertos. Alex, inglés de una ciudad que hasta hoy no lo entendi el nombre, Manuel de Bariloche y Carlos de Cali, Colombia. Todos de cultura distintas, todos hermanos. Alex estudaba español en Santiago y ya hablava muy bien, lo entedia muy bien con el acento inglés. Claro que cuando he dicho que brasileño era todos me preguntaram sobre la pelota. ¿Te gusta al fútbol, che?. Discutimos sobre nuestras esquipos. Manuel era hincha de Boca y Carlos del Deportivo Cali y ambos conociam casi mejor que yo el fútbol brazuca.
Salimos a cenar en la esquina, todavia era noche. Queria salir a hacer algo, quizás un boliche, pero el clima me gustó tanto que queria me quedar hablando con ellos. Cenamos abajo en el bar, una comida barata y rica.
Conoci Eleonora, laburaba en el hostel, linda con ojos oscuros. Fumamos juntos algunas veces, ella era realmente simpatica. A las once todos ya estaban abajo bebiendo. Subi a llamar una chica paulista que he conocido. No sabia que ella hacia allá ya que no sabia inglés y tampoco el español. Ella no quiso bajar pero conoci Lorry y Claire, de Melbourny y Dublin respectivamente. Lindas. Bajamos por la escalera y empazamos a beber todos juntos.
Brasil, Colombia, Argentina, Inglaterra, Irlanda y Australia. Todos conectados, nadie conocia nadie, teniamos un solo proposito, conocer la gente buena que habia para se conocer en el mundo todo. Los dos mundos muy proximos, la sensación de libertad era inexplicable. Claire me bromeó y dijo que yo buscaba chicas para compartir la mesa, pero todo fue una rica combinación de mientes. Fue gracioso porque no supe hablar inglés mezclado con español.
Después de las dos, algunos ya se fueron y sali con Alex a buscar algun bar por las calles antiguas de San Telmo. Encontramos algunos bares de viejos y encontramos unas chicas que escapabam de la lluvia y procuraban un bar que era lejos de allá. Subimos en una escalera de un bar oscuro, con velas en todos os lugares, pero no nos quedamos allá y volvimos para el tango inn para nos acostar.

La gente porteña


Aún escuchando a 'We're looking for a lot of lov', miraba las calles con todos los edificiles espejados, me recordaba São Paulo. Con sueño estaba, dormi un rato en el colectivo, pues salí del boliche y ya entré a camino de la capital. Sabado por la mañana, calor demasiado, bajé del Chevallier y estaba yo afuera de la terminal de autobus. No conocia nadie y nada, la unica cosa que tenia era un mapita en mis manos y algunas explicaciones de mis amigos rosarinos de como tomar el subte a Obelisco. La gente hablaba, caminava rapido como se estuviessen perdiendo el tiempo. En la calle ventas de todo el tipo, pasé por una estación de tren y pregunté a una pareja como podria llegar al subte. Doblé a la derecha y ya estaba en frente de la entrada, no fue dificil. Me lo compré el ticket. $ 00,90 centavos, que barato. Bajé en diagonal norte, subiendo la escalera y ya vi el Obelisco. Si, no era solo en foto más, todoas las avenidas anchas demasiado, la gente de saco yendo al laburo, señoras con bolsas llenas de frutas. Fuí caminando sin tener idea si estaba cierto, preguntandome siempre 'doblo acá o allá?'. Tenia que llegar a la calle piedras y cuando vi ya estaba cerca. Lo encontré, el tango inn, pues mi cuarto se quedaria listo solo después de las dos y era las doce todavia. Sali y me lo comré dos enpanadas, ricas. Ni sabia dónde ir, la primera cosa que pensé fue El Caminito, pero era lejos. Tomé el colectivo, me costó noventa centavos tambien. Creo que fue el 29, sali de San Telmo y luego llegé a la boca. Vi la cancha de boca y bajé.
Todas las ventas libres, me lo compré dos remeras de Buenos Aires. Conoci algunos peruanos de las ventas y una familia que amaba el Brasil, la señora casi ya hablaba portugués de tanto que tenia contacto con nosotros. Habia una pareja vestida con traje de tango, la chico me invitó a sacar una foto bailando con ella. Me costó diez mangos, creo que iba a tener otra oportunidad para sacarla tanto temprano en mi vida. Tomé el colectivo 29 de vuelta a camino de Puerto Madero.
Llegando y ya via como era rico aquél parte de BsAs. Es como avenida paulista, edificiles forrado con espejos, como era lindo. Encontré una pareja Filipina, que lejos de casa estaban, pensé. Cinco de la tarde, tarde estaba, necesitaba ir al mi hostel y el cielo se quedo oscuro, creo que llovería.
agua que salia de la canilla. Me custó a encontrarlo nuevamente, soy horrible para caminos.
Agarré mis chaves y subi la escalera del hostel con todas mis mochilas todas llenas de todo lo que prodia imaginarse. Abrí la puerta, habia tres chicos durmiendo en dos litera y una vacia arriba, esperando yo me acostar. Puse mi mochila en el suelo, senté. Estaba en Buenos Aires... Buenos Aires, che.

Hasta Luego, amigos

Viernes. Me queda más un dia en Rosario. No queria dejar mis amigos y partir, realmente habia me sentido en mi casa. Aquél dia salimos yo, Ale y Claudio. Fuimos a la cancha del Newell's, siempre quise la conocer, una cancha tipica, distinta de acá, con sentimiento de la hinchada del pueblo. Fuimos tambien al centro viejo y después por algunas plazas, una linda que me recordaba el Taquaral. Fuimos a la terminal de onminibus y me lo comré mi pasaje a la capital, con una tristezita en mi pecho.
Volvimos y hemos comido unas medias lunas con leche. Ricas demasiadas. Dormimos por un rato, como dicen, hicimos la siesta y nos despertamos para salirmos de bolche, ibamos a Gotika, un boliche famoso allá, de dos pisos, electrónico y latino. Cenamos y ya salimos a buscar Damian, un flaco de ellos, que estaba en una fiesta de su facultad.
Entramos gratis, vendian unas botellas grandes de brahma por doce mangos. En la pista latina, no sabia bailar nada, hasta piriguete tocó y tambien lambada, ni en Brasil las escucho. La gente bailaba raramente, para mi por lo menos, si. Con cuatros botellas consumidas ya era las cinco de la mañana, salimos porque mi colectivo a Buenos Aires salia a las seis. Desayunamos. Entré en el colectivo chevallier con un abrazo de despedida y la incerteza de cuando volvería. Estaba yo a camino de la capital.

El asado


Encontramos Silvia, una catalana, estaba estudiando en Rosario. ya conocia Brasil, hasta Campinas. Fuimos a un shopping chico, pero bello. No me acuerdo bien, lo creo que era una estación de tren antiga antes de las tiendas ricas se instalaren. Agarramos Mariano, un amigo de ale y fuimos al mejor bar que ya he ido en mi vida. Arriba del rio Paraná, que cortaba las dos ciudades Rosario - Victoria. Bebemos cerveza, hablamos de todo un poco y salimos a casa de Ale y Claudio para hacermos un asado.
Compramos todo. Una quilmes, vino y brahma. Hacia calor demasiado, los mosquitos nos mordian y era imposible caminar por la calle tranquilo. Todos nadaron en la pileta, yo estaba colorado por el sol, cara y brazos rojos. Ya era de noche. las costillas asaban, las esaladas estaban hechas y bebiamos quilmes con jámon. Hablavamos de cultura brasileña mezclado con la española y aún escuchando funk. Que gracioso! Mi español habia mejorado, los rosarinos vuelan mientras hablan y el acento es distinto del porteño.
Comimos todo y ya estabamos en pedo. La lluvia calió, fuerte. Tuvimos que entrar y la luz acabó. Nos quedamos hablando y sacando fotos adentro. Mariano que tiene la mamá brasileña me contó sobre su ex novia todo en portugués, yo lo entendia bien. Cuando los rosarinos hablavan entre ellos me quedaba un rato perdido, pero después me acostumbré. Salimos a dejar todos en su casa, en el oscuro mismo. Golpeé la mesa con mi pierna, ahora ya tenia una marca para me recordar. Todos se fueron, fue la mejor parrila que comi.


La casa era como de muñeca, dos pisos y con una pileta chica. Los muebles de todo el mundo en cada parte. Nueva York y España mezclados en solamente un lugar. He comido un pan com jamón tipico argentino y ya me acosté, estaba más casado que un esclavo. Ale dejó todo listo para yo llegar e ya me acostar, que suerte la mia de encontrar personas así, buena gente.
He dejado la vantana abierta a ver la calle, que bello. Me levanté a las nueve y desayunamos. Ale habia agarrado un mapita de Rosario para yo conocer, él iba a laburar y yo iba al centro solo para caminar por los peatonales. Me dejó en una calle ancha, linda. Fuí al locutorio a llamar a Brasil nuevamente.
Conoci un pibe que vivió en Curitiba en 1994, tuvo una novia brasileña y todavia era enamorado de ella, que linda historia.
Salí y entré en la avenina Córdoba, habia un peatonal todo nuevo con las contruciones y iglesias antiguas y regeneradas. Vi una tienda de chancletas brasileñas y comi una comida tipica. Big Mac porteño.
Caminé por toda la calle y fuí a la bandera, una torre. 'La Patria de la Fraternidad y el Amor'. Magnífica en expresión de glorificar a la Bandera Nacional. "Aquí Reposan los Restos del Soldado Argentino Muerto por la Libertad de la Patria".
Salí y fuí al parque españa, dónde encontré una biblioteca de libros viejos. Subi la calle Salta, creo yo, esperé ale me encontrar en la entre rios. Después fuimos a la escuela dónde él ensiña clase de salsa, todo era cultural y fantastico.

Ansiedad


Me quedaba cuatro horas antes de mi vuelo. No me pasaba nada a la cabeza, pensar que quizás podria me faltar tiempo demasiado para lo realizarse. No hacia nada más en mi laburo, esperaba mirando el reloj. La primera parte se quedó listo, sali del salón. Caminé hasta mi colectivo que me llevó a casita, todo fue igual a lo que he imaginado. Llegué, me duché y sali dejando todo. Cuando vi ya estaba en Guarulhos haciendo el check inn, mi abuela nerviosa me dejó en la cola con un beso en mi frente y salió.
La avión ya estaba en las nubenes y prendi mi ipod siempre escuchando Hot Chip, no lo sé, creo que fue como un cd que comenzó, todo estaba lindo.
Durmi casi el vuelo todo, aún no tenia cerrado mis ojos ya que laburé por la noche. Bajé en Ezeiza, grande aeropuerto, caminava siempre en la duda si estaba cierto lo que hacia, era gracioso, pasé por la migración, ahora si, estaba en tierras porteñas, che! Como un sueño de chico, mirava todo el nuevo y las sonrisas de el pueblo. Fuí hasta la tienda de mi colectivo a Santa fé, no tenia más lugar, tuve que me quedar esperando el otro a las ocho. Me lo compré un pucho porteño 'Le Mans' y prendi afuera. Todos los taxistas preguntandome '¿taxi?', '¿necesita de taxi?'. Dije que era brasileño, todos pensabam que era italiano por mi acento, prendi otro pucho con un taxista simpatico que ya habia conocido Camboriú, después supe que todos los argentinos conocieron el sur brasileño y yo todavia no. Llamé por teléfono Ale y mi familia en Brasil a avisarles que todavia vivia.
Adentro conoci dos chicas, Melisa y Valeria, dueñas de una tienda de remeras de fútbol. Me quedé casi 2 horas las contando todo como era mi vida y que hacia en las tierras del tango y aún solo.
Bueno, luego era las ocho, todavia conoci um Canadense/Argentino de Rosario que iba a visitar la mama, él dijo algunas cosas de tú pais y que tenia un hermano brasileño. Ya en el colectivo, pasado doss de el viaje de cuatro. Bajamos en una estación de servicio, pagué 12 pesos en un alfajor tipico, una enpanada de pollo más un jugo. Cuando vi llegamos a Rosario, una ciudad menor que la capital, me recordaba por un rato Campinas, pero era distinta por naturaleza. Habia un rio que cortaba Victoria y Rosario, dos províncias Santa Fe y Entre Rios, y el centro todo nuevo, muy diferente de acá con las calles todas enfermas. Fui casi el ultimo a bajar, el chófer me dejó en una estación de servicio a las dos y fuera a dehar una pareja de italianos más lejos de dónde habia bajado. Solo en el oscuro, nadie en las calles, todo vacio fui a un taller cerca en la esquina para llamar ale por telefono, peo no habia y el chico que no supe el nombre me ofreció plata. Caminé en una calle y enconté un chicos jugando la pelota y vi un coche. Vi cuando ale y su novio Claudio salieron del coche. Los encontré.


 

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